Una de las particularidades turísticas
de México es la grandeza de su patrimonio prehispánico, por ello una visita las
ruinas de Teuchitlán es obligada para cualquier persona que busque no
sólo conocer sino entender un poco más
de la historia nacional. De origen náhuatl, el nombre de este pueblo significa
“lugar del dios Tenoch” y formaba parte del señorío de Etzatlán, en el estado
de Jalisco.
La belleza de Teuchitlán radica en la
preservación de restos arqueológicos, como el centro ceremonial más conocido de
Occidente, los Guachimontones.
Este asentamiento se caracteriza por un
particular estilo arquitectónico, ya que no es una pirámide como tal sino que
es un montículo redondo en donde se llevaba a cabo el juego de pelota.
Una visita a las ruinas de Teuchitlán
es una verdadera experiencia, pues en el aire aún se respira la historia que la
da identidad a uno de los países con mayor riqueza cultural como lo es México.